martes, 29 de junio de 2010

De política

  • Siempre me llamó la atención que Mr. Johnson, un excompañero de trabajo, y yo nos lleváramos bien a pesar de tener posiciones políticas y religiosas tan abiertamente encontradas. Paradójicamente, muchas veces llegábamos a la misma conclusión desde vías distintas; por mencionar una: ambos estábamos de acuerdo en que la ONU era una porquería; yo, porque la considero una máquina infernal del capitalismo despiadado (al igual que sus lacayos BID y BM) y él, porque veía en esta institución el último reducto comunista que impedía —a toda costa— cualquier avance democrático promovido desde los Estados Unidos.

    Sale esto a colación, porque hoy eché un ojo al New York Times y las tres noticias principales eran:
  • El FBI y la Interpol desenmascararon una red de espías rusos (por poco escribo soviéticos, jajaja) en pleno corazón de los EE. UU.
  • Petraeus, el nuevo jefe militar máximo en Afganistán admitió que “está difícil la cosa”.
  • El derrame del Golfo de México no cesa y los gringos no hacen nada más que alegarle a la BP pero sin tomar acciones concretas (¿habrían tenido la misma actitud pasiva si la petrolera fuera mexicana y no británica?) .
  • Un reportaje sobre unos programadores de Linux que se han propuesto convertir a Ubuntu (sistema operativo gratuito) en el principal rival del multimillonario Windows 7.

    Me encantaría conocer el punto de vista de Mr. Johnson sobre todos estos asuntos; y de paso, conocer la opinión de todos aquellos que en 1989 celebraban la victoria capitalista sobre el Comunismo (cuando lo que cayó fue una forma política, no una teoría sociopolítica). Esto, por cierto, me recordó un artículo que leí en una revista que me prestó LG (Bajo el volcán, “La crisis capitalista y la respuesta política de la izquierda” de Walden Bello) donde se afirma que la crisis del 2009 no fue un efecto de las inmobiliarias sino una profunda crisis del Capitalismo como sistema económico. Sin embargo, este es un tema extenso para otro artículo.

Yo vengo a ofrecer mi corazón

No, este post no va de la icónica balada de Fito Páez. Es un video musical del proyecto soul llamado Gnarls Barkley, "Who's gonna save my soul", que espero puedan ver en casa. Amor joven, desencantado, honesto... demasiado honesto.

viernes, 25 de junio de 2010

¿Por qué mi aberración al mundial?

A veces me da un poco de pena escribir por estos medios, porque podría parecer poco tolerante (y es que la verdad, la tolerancia no es una de mis mejores virtudes); sin enbargo, quiero aclarar primero que mis puntos de vista nunca van con la intención de agredir a nadie en particular, sino de atacar las ideas.

Bueno, seguramente ya habrán notado mi apatía hacia todo lo que sea futbol y demás agregados. Y quizá nadie me lo está preguntando, pero igual yo lo escribo porque para eso se han creado estos medios (es decir, para expresar lo que uno piensa), pero me permito este medio para criticar esta actividad.

En lo personal, no tengo nada contra el futbol en sí. Incluso, lo jugué en una época de mi vida (época que ahora recuerdo con tanta vergüenza, aunque difícilmente me arrepiento de lo que hago), pero es porque tengo una concepción de esta actividad que va contra mis principios; y si algo considero que debe ser una virtud en una persona es la fidelidad que le guarda a sus principios.

Pues bien, al respecto, me parece una mayúscula tontería perder mi valiosísimo tiempo y gastar mis recursos en esta actividad comercial en la que los jugadores y equipos se convierten en artículos de consumo para, como decía José Ingenieros, "una masa alienada". De hecho, más que vergonzoso que Guatemala no vaya nunca a un mundial (y ni que lo sueñen los fanáticos, porque eso no creo que ocurra en mucho tiempo), es ver cómo la Fifa y demás organizaciones desplegan grandes cantidades de dinero en este deporte, mientras una gran mayoría de gente en el mundo se muere de hambre, y no porque ellas quieran, sino porque en sus países no se dan las condiciones necesarias para aspirar a la riqueza. Muy vergonzoso que un jugador (analfabeta o casi analfabeta, en la mayoría de los casos) gane exhorbitantes sumas de dinero mientras sus mismos vecinos pasan toda clase de penas. Pero más vergonzoso es todavía como la misma gente que Ortega y Gaset, atinadamente dio en llamar "masa" y que yo diría "rebaño", va a dejar su dinero a los estadios y contribuye con ese sistema de consumo para ignorantes.

Al respecto, yo creo que, como en toda actividad comercial, el vendedor se aprovecha de los afectos del público para venderle su producto. Y es que tengo mi propia teoría, muy particular si se quiere, acerca de la atracción que despierta el futbol en las personas, aunque no entienda por qué la gente le hace tanta alharaca (vale decir que no me parece que haya actividad más aburrida que ver un partido de futbol). Pienso que el gusto por el futbol está relacionado con el lazo afectivo y, por ende, con la fijación que podemos tener hacia una figura de autoridad relacionada con el padre. Si nos damos cuenta, a muchas personas les gusta este deporte porque a través de él fortalece su lazo afectivo con el padre o cualquier otra figura paterna. Y es que a mucha gente le gusta el futbol porque lo asocian con el deporte de papá, el deporte masculino, el deporte del patriarcado. Claro, si me preguntan qué pienso de esto, les diré que este no es más que un mecanismo para afianzar los esquemas de nuestras sociedades machistas y paternalistas.

Además, no estoy de acuerdo con el endiosamiento que se hacen de ciertas figuras. Ahora es Kaká, Cristiano Ronaldo, Messi y qué sé yo quién más. Esto solo confirma la necesidad que tenemos de crear dioses que guien nuestras vidas. Admiro a quien dijo que Beckham era más una estrella de Hollywood que un deportista. Díganme ustedes si no tenía razón.

No, me rebelo y me rebelaré siempre contra eso... Nunca he tenido ningún dios, y si algún día lo necesitara, preferiría que ese dios fuera yo mismo.

De Parménides a Borges


Por Javier Martínez

He de admitir que durante mi primera adolescencia (voy como por la sexta, y cada vez más huraño) estaba deslumbrado por el boom latinoamericano, especialmente por Julio Cortázar, quien ya es un lugar común en todo lector de mi generación. Conforme fui leyendo, me empalagué de este tipo de literatura hasta que vomité con Isabel Allende. Por el contrario, debo admitir con toda vergüenza que fue hasta mi primer año de Letras que me interesé por los griegos presocráticos, quienes en vez de empalagarme me siguen atrayendo. De hecho, hoy leía un poema ontológico de Parménides titulado Lo pat-ente según el Ente y resulta que, según este señor, “…del Ente es ser; del Ente no es no ser”. En otras palabras del mismo autor:



“Nunca jamás en esto domarás al no-ente: a ser


Fuerza más bien al pensamiento


A que por tal camino no investigue”


Con esta cita, la relación entre Parménides y Ludwig Wittgenstein se hace evidente: el primero se adelantó más de dos mil años a la famosa frase del vienés, “de lo que no se puede hablar, es mejor callar”. Me sorprendió la relación, no por la similitud del mensaje sino porque me asombra cómo redescubrimos, una y otra vez, el agua azucarada.

En otro apartado de su poema, Parménides se adelanta también unos cuanto milenios al Racionalismo cuando afirma que “…es una misma cosa el Pensar con el Ser”, por lo que el pobre Descartes con su “…pienso, por lo tanto existo” queda como un simplón, sin mencionar que ya también el árabe Avicena había hecho reflexiones similares durante la Edad Media.



Hablar de Avicena siempre me lleva a pensar en Borges; para mí es como uno de esos ejercicios de asociación donde los psicólogos le muestran a uno una hoja llena de manchas fálicas. La asociación Avicena-Borges me llevó a reflexionar que con un solo cuento, “Las ruinas circulares”, el argentino echa por tierra 27 siglos años de filosofía. En esa obra, Borges demuestra cómo en vez de “pienso, luego existo” la cuestión es: sueñas, ¿existo?

martes, 22 de junio de 2010

Dios nos dio petróleo, nosotros lo regamos


Hace unos minutos leía un artículo acerca de la estrategia mediática de BP, la empresa petrolera responsable de la catástrofe ecológica de hace algunas semanas, y recordé este diálogo de una genial película, I Heart Huckabees:

Mr. Hooten: God gave us oil! He gave it to us! How can God's gift be bad?



Tommy Corn: I don't know. He gave you a brain too and you messed that up pretty damn good.


Mr. Hooten: I want you sons of bitches out of my house now!


Tommy Corn: If Hitler were alive, he'd tell you not to think about oil.


Mrs. Hooten: *You're* the Hitler! We took a Sudanese refugee into our home!

Tommy Corn: You did. But how did Sudan happen, ma'am? Could it possibly be related to dictatorships that we support for some stupid reason?
 
Sin duda, el ser humano es muy ingenioso para hacer de su vida algo muy cómodo, sin importar el precio. Lo triste es que futuras generaciones heredarán nuestra falta de visión. Como dicen los delfines en la Guía del Viajero Intergaláctico: "adios, y gracias por todos los pescados".
 
Imagen: vía sofuckingbeautiful

miércoles, 16 de junio de 2010

Apocalipsis tecnológico

Por Javier Martínez

A mi parecer, la humanidad tiene dos leitmotiv: los apocalipsis y la tecnología. Los primeros los asocio a una “super estructura” (diría Marx) relacionada a las necesidades psicológicas como el thanatos freudiano (instinto de muerte) y al instinto dionisiaco de autodestrucción (casi veo sonreír a Nietzsche y a Margarita Carrera). La tecnología como letmotiv, por su lado, es considerada el omnipresente motor del desarrollo histórico occidental si se le concibe como el conjunto que incluye al Ipad, al GPS, al Facebook y la palanca simple.



Esto viene a colación por una noticia publicada ayer en Yahoo!, donde se afirma que en el 2013 habrá un nuevo armagedón tecnológico (ya hubo uno a finales de 1999, para los que no recuerden se llamó Y2K). Según esta noticia, la NASA (paradigma de la ciencia postmoderna, si tal término tiene alguna lógica) pronosticó erupciones solares que dejarán sin funcionamiento buena parte de los sistemas informáticos que actualmente permiten la vida moderna: coordinar el tráfico aéreo, transmitir publicidad por televisión, bajar pornografía gratuita de internet e, incluso, encender la cafetera a distancia (¡¿?!).



Lo triste, es que al reunir todos estos datos tenemos una ecuación trillada: sol = estrella; 2013 ± 2012 = profecía maya. Me pregunto cuántas películas más sacarán antes del 21 de diciembre 2012 sobre esta triste casualidad; y digo triste porque solo respalda el ya gastado estereotipo de “civilización pacífica y científica” que existe sobre los mayas, donde se supone que habían tantos astrólogos como hoy hay vendedores callejeros de tarjetas telefónicas. ¡Si tan solo los herederos del Chilam Balam pudieran demandar por derechos de autor…!

martes, 15 de junio de 2010

La bibliografía de Iron Maiden


Ayer le compartía a Giovanni mi sorpresa al leer sobre la influencia de H. P. Lovecraft en un videojuego icónico, Castlevania. La presencia de literatura en videojuegos es algo innegable, me decía, y confirmaba su apreciación con muchísimos ejemplos. Hoy me topé con un artículo sobre Iron Maiden, la banda británica de metal progresivo, y su fascinación por las referencias literarias. Aunque no aparece Lovecraft (a quien todavía no descubro), y no tenga acceso a los videos que lo acompañan, vale la pena hacerse la pregunta (como estudiantes que fuimos, y seguimos siendo): ¿leer o rockear? El artículo está en inglés y nos pone en evidencia esos bárbaros híbridos de la cultura popular. Abran sus oídos y sus mentes, amigos y amigas, y vean cómo estas piezas rockeras podrían complementar la lectura de obras como Lord of the Flies, Brave New World y The Murders in the Rue Morgue.

martes, 8 de junio de 2010

Secretos hechos y enviados a mano






Desde hace varios años quedé fascinado con este proyecto permanente: Post Secret. La idea: una postal casera, enviada de forma anónima a los organizadores de PS, en el cual se revela un secreto. Cada domingo se actualiza la página. Aunque cada vez estoy tratando de minimizar la cantidad de secretos personales en mi inventario, talvez algún día les envie una postal... una optimista (hay muchas que son así). 

miércoles, 2 de junio de 2010

Miscelánea para volver

Por Eduardo Villalobos


No había leído el blog, y ahora encuentro una atmósfera, digamos, distinta. El blog es un espejo, pienso. El blog, como nosotros, cambia de humor o se entristece o se aburre o se pone más o menos teórico o de repente lanza una broma infantil, casi una mueca, casi un berrinche. También, como los niños, se prepara para la fiesta y para el desorden.

¡Ve qué bonito!, diría Paula.

Lo cierto es que encuentro discusiones bastante estimulantes.

Luis Guillermo, en un registro que recuerda mucho a Hegel, nos pregunta una pregunta que lleva siglos preguntándose: ¿qué es el arte?, ¿qué se puede considerar como tal?, ¿existirá realmente?

Yo digo que sí, a pesar de Hegel.



Merda d'artista, 1961. Piero Manzoni


Y digo más: el arte es un lenguaje depurado (sea este visual, sonoro, escrito, cibernético…) que nos devela nuestra propia condición.

Y agregaría:

Pero no es solo lenguaje, es también una estructura.

Incluso los ready-mades de Duchamp poseen una estructura (voltear el mingitorio implica ya una estructura, es una composición). Y también las instalaciones y los happenings, cuando son buenos.

Su función no es moralizante ni teórica sino fundamentalmente emotiva. De allí el fracaso de la fábula, y también el error teórico de Hegel.

En esa grieta también entreveo el derrumbamiento del arte posmoderno (perdón por la falta de fe).

Y a cada cual le gusta lo que quiera. A Virginia Woolf, por ejemplo, le pareció que el Ulises de Joyce era una obra aberrante. A Lope de Vega nunca le gustó Cervantes. Y viceversa.

Lo que existe es una convención, que ni siquiera es estática, cambia según la sensibilidad del tiempo histórico y de la sociedad, y es también susceptible a las modas.

Por eso de las modas, es probable y hasta esperable que a algún entendido se le ocurra incluir a Paulo Coelho en el canon (ya algunos de nuestros profesores de literatura comienzan a pedirlo para los libros de Comunicación y Literatura).

Hay quienes ven arte en las heces enlatadas de un artista.

Lo importante acá, pienso, es sentir, como en el amor.

No existe aún, pero avizoro un videojuego cuya historia sea tan intensa, cuyo universo sea tan redondo, cuya propuesta visual tan explosiva, que podamos inscribirlo en el corpus de las obras de arte. Antes de que Giovanni nos dé una lista exhaustiva, convengamos en que, por lo menos yo, esperaría una aguda y ácida indagación en la condición humana para el producto que anhelo y espero.

Yo creo que el blog goza de buena salud. Lo que pasa es que nosotros mismos no somos demasiado participativos. Somos, más bien, un poco tímidos, reservados… Vamos, hombre, digámoslo con todas sus letras: no somos dados a la pachanga, al chonguengue, al pipiripau, al bacanal de los gestos magnánimos, al exceso de las noches turbias...

Ah, y los concursos literarios, y la fama literaria, no son más que accidentes del encanto personal y el arribismo social. Por lo menos en la mayoría de los casos…

Selfmarketing creo que le dicen…



La Piojera, Santiago de Chile


En Guatemala no ocurre eso, simplemente porque ni hay espacios ni hay fama ni hay mundo y, perdón si ofendo, casi no hay escritores cuyo trabajo haya alcanzado la depuración formal, la voz propia, la exploración intensa en la vida y el lenguaje como para querer reclamar eso.

Frase de cierre, oída en un bar de Santiago, bullente y rotundo, que se llama La Piojera:

Así es la güevonada, güevón.

martes, 1 de junio de 2010

Hoy pienso en Bulmer (tipografías)

Hace un par de semanas conversaba con LG acerca de la tipografía utilizada en la novela que estaba releyendo (Ash Wednesday, de Ethan Hawke... quisiera creer que no hubo ningún tipo de elemento profético allí) en ese momento: Bulmer. Lo interesante de saber la tipografía empleada en los libros que llegan a nuestros manos, aparte de la cultura general, radica en agudizar nuestro ojo respecto del libro como tal. Aparte, existe un dejo de dignidad en retomar esa información como parte de la obra. Sé que esto aplica, principalmente, a las obras de literatura, que no reciben un tratamiento gráfico intensivo, pero igual, me parece buena idea.