lunes, 11 de octubre de 2010

¡El libro ha muerto, viva el súper ebook!


Con esta paráfrasis de Nietzsche* se resume un tema actualmente popular: la profecía de la desaparición del libro impreso. Sin ir muy lejos, la semana pasada se publicaron varios artículos al respecto aprovechando la inauguración de la 62ª Feria del Libro en Frankfurt, Alemania.

En este mismo blog he expuesto ya mi incredulidad en el iPad como producto diferenciado de una eeePC excepto por el precio. ¡No es más que una netbook con pantalla táctil grande! En esta ocasión, me sumo a los que dudan que este dispositivo (o cualquier otro lector como el Kindle) desplacen a los libros impresos meramente por sus “mejoras” técnicas. Un argumento básico sería el precio de estos aparatos que está entre US$ 140 y US$ 750, ¿cuántos buenos libros de bolsillo se pueden comprar con esa cantidad? ¡Y sin preocuparse por romperlos, infectarlos, actualizarlos o recargarles las baterías! Otras ventajas del libro impreso son que se pueden leer de inmediato y reciclarse.

A criterio personal, no creo que la verdadera esencia del debate deba ser si los lectores electrónicos desplazarán al libro impreso sino reflexionar sobre otros aspectos como la calidad de los contenidos literarios e informativos que se distribuirán o la libertad editorial que estas nuevas tecnologías permiten al escritor. En otras palabras, el iPad y el Kindle (como cualquier otro aparato que permita navegar en intenet y leer documentos) ofrecen dos ventajas (liberarse del criterio comercial-editorial y facilitar la distribución masiva) y un peligro (perpetuar la literatura light y el amarillismo).
A nuestro medio no le son ajenos casos como el de Margarita Carrera, quien para publicar su primer libro tuvo que vender su carro (y para cuando me contó esta anécdota no había vendido el último ejemplar), o el de un amigo que fundó la hipotética editorial “¡Con mi pisto sí se pudo!” para publicar su poemario. Es un alivio que ya existan en el país ciber-editoriales como Libros Mínimos, donde se pueden descargar gratuitamente eBooks como la novela “A puerta cerrada” de nuestro conocido Luis Fernando Alejos.

Sin embargo, la reflexión debe hacerse sobre por qué los lectores no usan aún masivamente estos recursos que ya son viejos a nivel mundial (¡por lo menos tendrán una década de existir!). Usualmente se bajan obras difíciles de conseguir (yo bajé el Corán antes de que el 9/11 lo pusiera de moda, por ejemplo) o libros excesivamente caros (conseguí gratis, por ejemplo, “Vigilar y castigar” de Foucault cuando en Sophos vale Q. 210) pero no se suele descargar literatura que ha sido creada para estos fines específicos.

En mi experiencia personal, he leído dos libros en este formato y no me arrepiento de haberlo hecho: la citada novela de Alejos (que para su mayor curiosidad trata, entre otras cosas, de una relación sentimental entre dos trabajadores de una casa editorial guatemalteca) y “Un día después del Juicio Final” de Luis Aristizabal. De la primera prefiero no opinar pues ya platiqué, personalmente con Luis, del tema; pero de la segunda, puedo decir que es una novela interesante con escenas muy bien logradas aunque algunos detalles rompen (casi traumáticamente) la ficción literaria. Imagino que esta novela no pasó por ningún tamiz editorial y es una verdadera lástima porque no llegó a ser la excelente obra que se adivina al fondo.


¿Será esa falta de edición por lo que no “pegan” los libros gratuitos en Internet? ¡Tal vez, pero tampoco debe obviarse que seguramente la joya literaria del siglo XXI será publicada, primero, en estos medios on-line!

* ¡Dios ha muerto, viva el súper hombre!

1 comentario:

  1. Me honra incluir encontrar en tu post referencias a A puerta cerrada, buen rollo, Javier. Respecto de lo que mencionás, sí resulta una tentación-vicio al publicar en internet, no ponerle coco a la edición. Aparte de Libros Mínimos, un muy buen punto de partida en cuanto a descargas libres y una propuesta editorial diversa, respeto muchísimo el esfuerzo individual que hace Julio Calvo Drago, quien básicamente está regalando versiones mejoradas de sus dos libros ya publicados, y regalando dos inéditos a través de su sitio. Además, pensando en la sostenibilidad, habilitó la opción de donaciones via PayPayl, una muy buena movida...

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