jueves, 2 de junio de 2011

Viaje en el tiempo: Windows

Leer noticias sobre lo “nuevo” que traerá Windows es como viajar en el tiempo…. ¡pero hacia atrás!

Me acabo de enterar por Internet, en un artículo, que este monopólico sistema operativo “reveló” los avances de su próxima versión, la octava. Ayer, casualmente, estaba leyendo las diferencias del nuevo sistema Lion de Apple, así que supongo que la noticia de hoy es un contra ataque mercadológico. Sin embargo, cuando hablo de viajar hacia atrás en el tiempo no me refiero a un día, si no a cuatro años: en el 2008 compré una Asus Eeepc que trae de fábrica el sistema Linux, distribución Xandros.

Resulta que en aquel lejano “entonces” leí muchos blogs sobre el tema y los usuarios estaban molestos porque la compañía Asus había desarrollado un “modo fácil” de Xandros. Este Easy Mode consistía en resumir las principales funciones en una sola pantalla de inicio. Los usuarios, molestos, alegaban que era “Linux para tontos” y se sentían ofendidos por la idea con la que, obviamente, Asus quiso afrontar el principal argumento negativo de venta: que Linux era un OS difícil. A continuación una imagen de Xandros en modo fácil:


Ahora, resulta que Windows desarrolló algo muy similar y abandonó el botón inicio por una pantalla llena de recuadros que activan los principales programas (¿escritorio con accesos directos?). Dejo aquí un adelanto de dicha pantalla:




Windows justifica el cambio en la forma de acceder a los archivos ejecutables (porque no es más que eso) en la creciente moda de las tablets (argumenta haber “optimizado” su sistema para estos aparatos) pero realmente es más de lo mismo y, en este caso, una copia del modo fácil de Xandros. En su defensa, Windows no está haciendo más que lo que ya se ha vuelto una costumbre desde su origen: ser simplemente una máscara detrás de la que corre un viejo y noventero DOS.

martes, 15 de marzo de 2011

Correo de voz (primer corte)

Entre las cosas que logré el año pasado, fue escribir y dirigir mi primer cortometraje.Varios obstáculos han impedido que el corte final se materialice y que se haga una presentación formal, pero eso ahora no me preocupa mucho (las prioridades son otras). Mientras tanto, comparto con ustedes el primer corte de Correo de voz.

martes, 8 de marzo de 2011

Geografía política de Alicia Machado

Considero que la Geografía política es interesante, pero jamás se me hubiese ocurrido un chiste como este:

"Mapamundi según Alicia Machado"

















P.D.: para entender el chiste hay que recordar el incidente en el que recientemente Machado escribió sobre la "guerra entre las dos chinas" por referirse a las tensiones entre ambas Coreas.

miércoles, 23 de febrero de 2011

La rumbera niñez guatemalteca

La noticia de hoy es que, según una encuesta que no sé quién mandó a hacer ni con cuáles propósitos, los niños guatemaltecos tienen su primera relación sexual a los diez años y se toman la primera cerveza a los siete.

Al contrario del enfoque de los medios que publican esta "noticia" (alarma ante la pérdida de valores que sufre la juventud) mi reacción fue de la más sincera risa.

Esas evaluaciones meramente cuantitativas y técnicamente validadas arrojan datos (perdón por el lugar común pero me sirve por la relación con un vómito) que sin un análisis cualitativo solo llevan a conclusiones erróneas.

Lo que quiero plantear es: ¿a cuántos de nosotros no nos preguntaron en la adolescencia si éramos vírgenes y dijimos que no aunque fuésemos más puros que Hipólito?

Desconozco cómo se habrán llevado a cabo las encuestas, pero imagino que un centro educativo con los estudiantes rodeados por sus compañeros y la típica presión de grupo. Si a un adolescente de 17 años le preguntan a qué edad perdió la virginidad (que ya se da por sentado que la perdió) responderá, seguramente, que “¡Ufff, hace como cinco años!”. Ese dato nos lleva a sexto primaria con niños de doce años y, muy preocupados por la moral guatemalteca, los encuestamos para “comprobar los datos anteriores. Entonces les preguntamos lo mismo a estos niños y nos dirán que “ufff hace como dos años que tuve mi primera relación sexual” y entonces tenemos el absurdo dato de que a los diez años ya tienen relaciones sexuales aunque ni siquiera puedan eyacular ni sepan quitar un brassier (bueno, a esa edad les daría igual porque las niñas usan camisetas, ¿no?). ¡Solo espero que no encuesten a los niños de diez años y luego tengan que corroborar los datos con niños de Kinder!

Ojalá que las iglesias y grupos moralistas (que abundan en épocas electorales cual gemlin a media noche) tomen esto en cuenta a la hora de montar sus campañas contra el alcoholismo en primero primaria y para satanizar el condón en cuarto grado. Reflexión: por cuestiones de tamaño, ¿un niño de diez años puede usar un condón?

miércoles, 26 de enero de 2011

El verdadero fin del libro de texto


A pesar de todo, y contra todo, la verdad es que Cuba y Venezuela nos llevan la delantera en muchas cosas. Como pueden ver en este artículo, ya estos países están tramitando la entrega de netbooks a los estudiantes de primero y segundo primaria. Es más, ni siquiera están pensando en comprarlas para distribuirlas sino en producirlas ellos mismos.

La finalidad, entre otras cosas, es "aligerar las mochilas" y que usen las computadoras en vez de esos pesados libros de texto.... Por cierto, como imaginé, son las netbooks y no los caros Ipads lo que comenzaron estos cambios en Latinoamérica. ¡Ojalá que en vez de Windows, les instalen algún SO más eficiente como cualquier distribución de Linux!

lunes, 24 de enero de 2011

Rayos X a través del tiempo

Cuando yo tenía alrededor de 12 años, recuerdo haber visto una revista mexicana de lo más chabacana en cuya contraportada ofrecían unos “lentes de rayos-X” para ver a través de la ropa de “las damas”. Para comprarlos, por supuesto, primero había que enviar el dinero a través de un giro postal. Lo recuerdo porque me impresionó la obviedad de la estafa.

El viernes, buscando en Internet, me topé con esta maravilla que les copio abajo. Ahora venden “programas de rayos-X” para ver con la cámara del iPhone a través de la ropa de “las damas”; primero, obviamente, hay que enviar el número de tarjeta de crédito. ¡Cómo cambian los tiempos (ironía)!

viernes, 21 de enero de 2011

Cosas de los videojuegos



El otro día iba con mi hija Fátima, de cinco años recién cumplidos, por Hiper Paiz y pasamos junto a una góndola de loncheras.
Me detuve un momento para que pasara una señora y entonces Fátima me jaló de la mano, señalándome una lonchera y me dijo:

- ¡Mira, papi, una lonchera con el muñequito que juegas en el Wii!

Ella se refería a Link, el personaje del videojuego "La leyenda de Zelda", pero la lonchera era de Disney y el personaje, Peter Pan.


jueves, 20 de enero de 2011

Preámbulo a las instrucciones para dar carga al celular*

Piensa en esto: cuando te regalan un celular te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el móvil, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, japonés con conexión wifi; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te meterás a la bolsa y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que casi hay que atar a tu cuerpo. Te regalan la necesidad de conectarlo todos los días, la obligación de cargar las baterías para que siga siendo un celular; te regalan la obsesión de atenderlo en las vitrinas de las joyerías, durante el anuncio por la radio, mientras usas otro servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu celular con los demás móviles. No te regalan un celular, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del celular.


*Paráfrasis de "Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj" en Historias de Cronopios y de Famas" de Julio Cortázar.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Porque no entiendo ciertas vallas


Una imagen antipatriota.

Imagen: Duffboy

jueves, 14 de octubre de 2010

¡Encuentra el error!

Siguiendo la lógica del artículo publicado ayer por Leo, los reto a encontrar el error en el siguiente mapamundi:



¿Lo encontraron? ¿No? ¡Lo que pasa es que no hay ningún error! ¡No está al revés porque el norte es un punto sin referencia de este tipo (arriba/abajo)!

¿Quién dijo que Norteamérica iba arriba de Latinoamérica o que Europa a la derecha? Son puras convenciones humanas donde una ubicación espacial se relaciona inconscientemente con cargas culturales preestablecidas; por ejemplo, ¿quién está arriba, a la derecha del Padre? ¡Europa! Esto es pura Geopolítica.

Se los dejo para que lo piensen, tal vez de ahora en adelante aparezcan mapas "al revés" en las nuevas geografías.

miércoles, 13 de octubre de 2010

La traba psicológica de nuestras miserias

Me llama la atención unas presentaciones del cd de matemáticas en las que se ejemplificaban las operaciones de conjuntos con los mapas de algunos países. En especial, me llama la atención aquella que hacía alusión, creo yo, al conjunto universal, en la que se hacía una clara distinción entre países del primer mundo (España encabezaba la lista, Canadá y Japón) y aquellos elementos que pertenecían a los países de tercer mundo, valga decir, pobres, subdesarrollados, atrasados, miserables, misérrimos y cualquier denominativo paupérrimo que se nos pueda ocurrir (creo que a este grupo pertenecía Ecuador, Guatemala y no recuerdo que otro paisito “pishmico” de América Latina). Desde ese día, en la cabeza me quedaron dando vueltas y traté de revisar estos conceptos de primer y tercer mundo, que obedientemente aprendí desde que llevé mis cursos de antropología; y que, luego, obedientemente enseñé cuando fui maestro de estudios sociales.

Lo que me llama la atención es la manera tan natural como aceptamos algunas ideas y el prejuicio que nos pueden causar otras. A ver si me explico: hace algunos días se hizo un señalamiento sobre el uso de la palabra “invasión” para referirse a la conquista española en América. Realmente, no se me ocurre con qué otra palabra se le puede calificar a este hecho. Si como dicen por ahí, al pan, pan; y al vino, vino, lo que hizo España en América a finales del siglo XV y principios del XVI fue una invasión; o si se quiere, una conquista; o para usar otro sinónimo, una dominación. Además, de estas tres palabras, no se me ocurre otra que pueda usar para convertir este hecho histórico en un eufemismo. Quizá alguien me diría que emplee la palabra colonización o la expresión gastada de “intercambio cultural”. En ese caso, en la historia de Europa jamás deberíamos hablar de la invasión de los bárbaros, por ejemplo, sino del intercambio cultural entre bárbaros y romanos. El mismo prejuicio nos debería causar hablar de la conquista de Persia por parte de Roma. Simplemente, esto lo aceptamos de manera natural porque está alejado en el espacio y en el tiempo. En el caso que cito acá, la invasión española (y a mi forma de pensar esa palabra es muy acertada) está alejada en el tiempo, pero es algo que atañe directamente a la construcción de nuestra historia y que todavía despierta pasiones tanto en ambos lados del Atlántico.

Ahora bien, regresando a lo de la clasificación de países de primer y tercer mundo, me parece que es una construcción intelectual absurda, producto de la visión europeizante de nuestra cultura occidental que trata de dejar bien claro y establecido, por medios indirectos y sugeridos, que los arios son una especie de raza superior. Ellos, junto con los gringos, los japoneses y un selecto grupo de países que ostentan poder económico son los más interesados en imponer esta configuración, que nosotros aceptamos con la mayor naturalidad del mundo, siguiéndoles el juego y consolidando su poder.

¿Cuál es el parámetro para separar un país de primer mundo de uno que no lo es? ¿El poder económico?, ¿La calidad de vida? Aceptar esto es como dejar que nos sigan vendiendo espejos de hojalata. Si hago esta analogía de los pueblos con las personas, podríamos decir que los ricos son personas desarrolladas; los que viven en asentamientos, subdesarrollados; y nosotros, de clase media, personas en vías de desarrollo. ¡Absurdo! Esto es una visión simplísima de la realidad, tradicional de las “novelitas” donde hay personajes buenos y malos, blancos y negros.

Desde mi punto de vista, esta clasificación es una trampa psicológica en la que caemos y a la que nos acomodamos. Claro, entiendo que la realidad de nuestras naciones es más compleja. Entiendo que durante gran parte de nuestra historia vivimos como peones que ejecutábamos las órdenes de un capataz, ya sea este una potencia extranjera, un terrateniente liberal, un criollo, un conquistador (y de esto no se libra ningún país de América Latina). Pero lo que no entiendo es cómo no estamos dispuestos a liberarnos de estos atavismos que nos condenan a ser un pueblo sumido en el subdesarrollo. Nos dedicamos a cuestionar en nuestros libros aquellas cosas que hacen tambalear las estructuras a la que nosotros mismos hemos cedido el poder; y otras ideas, que refuerzan sus valores, las pasamos por alto. ¿Será que esto lo hacemos por acomodación? Bueno, lo entiendo bien, por ejemplo, en la mentalidad de las ongs y de ciertos organismos estatales que terminan siendo los mendigos del país. Obviamente, ellos deben manejar “lo políticamente correcto” mientras estén chupando el tuétano de las contribuciones que reciben de la comunidad internacional, como Cooperación española, las embajadas, etcétera. De hecho, hasta entre mis colegas artistas me causa cierta repulsión el hecho de que todos sus proyectos giren en torno al patrocinio que le puedan dar estas santas instituciones paternalistas, que se dignan a tirar unas cuantas monedas a los pordioseros que se encuentran en los atrios de las iglesias (eso somos nosotros).

Entiendo que acá no se es pobre porque se quiere, sino porque hay circunstancias históricas que han propiciado una coyuntura. Sin embargo, mientras sigamos aceptando que somos los feos, los malos, los “chucos”, los pobres, los ignorantes, los subdesarrollados, los incompletos y los inacabados, no hacemos nada por cambiar esa coyuntura.

Hace algunos días discutíamos con alguien que el término raza es un concepto superado. Bueno, en particular me interesó este tema. Yo no lo sabía, aunque fenotípicamente para mí la diferencia entre blancos, negros y amarillos sigue siendo muy clara. En algún momento pensé que esto era parte de ese discurso pseudomoralista que relaciona, de manera inconsciente, los colores de piel con la superioridad o la inferioridad racial. De hecho, estoy en proceso de revisar cuánto de cierto hay en esto de que la palabra raza no es una realidad objetiva o si, como otros conceptos, se ha visto salpicado de prejuicios. Creo que lo mismo deberíamos hacer con otras clasificaciones más sutiles que tratan de encajonarnos como seres inferiores, sin decirnos mestizos o indios.
Creer que aceptar que aceptar esta clasificación implica aceptar que los seres de primer mundo ya adoptaron una posición erguida, ya desarrollaron su pulgar y ya fueron capaces de ver hacia el cielo; mientras que los habitantes de países como Brasil y Chile, llamados economías emergentes, son aquellos que están a punto de perder la cola; y no se diga de países como los nuestros que todavía vivimos en los árboles, comiendo bananas y columpiándonos con nuestra cola. ¿Realmente nos sentimos así? Yo invitaría a que si vamos a ser críticos en nuestros materiales, no solo critiquemos aquellos aspectos que hacen tambalear los cimientos de la cultura europea sino también aquellos mensajes que pueden llegarla a reforzar. Mientras no hagamos esto, seguiremos aceptando, aunque sea escondidamente, la superioridad europea. Y de hecho, seguiremos siendo inferiores a los europeos, porque al final, las nociones de inferioridad y superioridad son psicológicas, más que materiales.

lunes, 11 de octubre de 2010

¡El libro ha muerto, viva el súper ebook!


Con esta paráfrasis de Nietzsche* se resume un tema actualmente popular: la profecía de la desaparición del libro impreso. Sin ir muy lejos, la semana pasada se publicaron varios artículos al respecto aprovechando la inauguración de la 62ª Feria del Libro en Frankfurt, Alemania.

En este mismo blog he expuesto ya mi incredulidad en el iPad como producto diferenciado de una eeePC excepto por el precio. ¡No es más que una netbook con pantalla táctil grande! En esta ocasión, me sumo a los que dudan que este dispositivo (o cualquier otro lector como el Kindle) desplacen a los libros impresos meramente por sus “mejoras” técnicas. Un argumento básico sería el precio de estos aparatos que está entre US$ 140 y US$ 750, ¿cuántos buenos libros de bolsillo se pueden comprar con esa cantidad? ¡Y sin preocuparse por romperlos, infectarlos, actualizarlos o recargarles las baterías! Otras ventajas del libro impreso son que se pueden leer de inmediato y reciclarse.

A criterio personal, no creo que la verdadera esencia del debate deba ser si los lectores electrónicos desplazarán al libro impreso sino reflexionar sobre otros aspectos como la calidad de los contenidos literarios e informativos que se distribuirán o la libertad editorial que estas nuevas tecnologías permiten al escritor. En otras palabras, el iPad y el Kindle (como cualquier otro aparato que permita navegar en intenet y leer documentos) ofrecen dos ventajas (liberarse del criterio comercial-editorial y facilitar la distribución masiva) y un peligro (perpetuar la literatura light y el amarillismo).
A nuestro medio no le son ajenos casos como el de Margarita Carrera, quien para publicar su primer libro tuvo que vender su carro (y para cuando me contó esta anécdota no había vendido el último ejemplar), o el de un amigo que fundó la hipotética editorial “¡Con mi pisto sí se pudo!” para publicar su poemario. Es un alivio que ya existan en el país ciber-editoriales como Libros Mínimos, donde se pueden descargar gratuitamente eBooks como la novela “A puerta cerrada” de nuestro conocido Luis Fernando Alejos.

Sin embargo, la reflexión debe hacerse sobre por qué los lectores no usan aún masivamente estos recursos que ya son viejos a nivel mundial (¡por lo menos tendrán una década de existir!). Usualmente se bajan obras difíciles de conseguir (yo bajé el Corán antes de que el 9/11 lo pusiera de moda, por ejemplo) o libros excesivamente caros (conseguí gratis, por ejemplo, “Vigilar y castigar” de Foucault cuando en Sophos vale Q. 210) pero no se suele descargar literatura que ha sido creada para estos fines específicos.

En mi experiencia personal, he leído dos libros en este formato y no me arrepiento de haberlo hecho: la citada novela de Alejos (que para su mayor curiosidad trata, entre otras cosas, de una relación sentimental entre dos trabajadores de una casa editorial guatemalteca) y “Un día después del Juicio Final” de Luis Aristizabal. De la primera prefiero no opinar pues ya platiqué, personalmente con Luis, del tema; pero de la segunda, puedo decir que es una novela interesante con escenas muy bien logradas aunque algunos detalles rompen (casi traumáticamente) la ficción literaria. Imagino que esta novela no pasó por ningún tamiz editorial y es una verdadera lástima porque no llegó a ser la excelente obra que se adivina al fondo.


¿Será esa falta de edición por lo que no “pegan” los libros gratuitos en Internet? ¡Tal vez, pero tampoco debe obviarse que seguramente la joya literaria del siglo XXI será publicada, primero, en estos medios on-line!

* ¡Dios ha muerto, viva el súper hombre!

martes, 5 de octubre de 2010

Linux para artistas

Muchas veces invertimos miles de quetzales en sistemas operativos y programas cuya funcionalidad, en lo personal, me parece muy cuestionable.

A mi juicio, la estafa del siglo XX fue Windows; programa que, a pesar de convertir a la persona que lo distribuyó en multimillonario ni siquiera se adapta a las normas del mercado competitivo. Además, ¿quién vende un producto que al poco tiempo hay que “parchar”? Peor aún, ¿por qué es tan caro un producto que simplemente me permite encender la computadora? ¡Es como comprar una lámpara y, por separado, el switch para encenderla! (Ojo, la bombilla, Office, se vende por separado)

Hagamos números: hoy, para usar una computadora promedio se necesitan tres programas básicos:

Windows 7 Professional Q. 1,650.00
Office 2010 Q. 1,950.00
Antivirus Kaspersky 2010 Q. 200.00
Total Q. 3,800.00

Si además de hacer cosas simples como escribir, navegar o llevar las cuentas de la casa también necesitamos editar imágenes, video o sonido, estamos fregados porque programas como Photoshop, Sonar o Cubase fácilmente pueden llegar a costar entre cinco y seis mil quetzales.

Por suerte, ya existen dos distribuciones Linux especializadas para diseñadores gráficos, músicos y directores de cine o televisión; son Ubuntu Studio y Musix. ¡Estoy tan convencido de la calidad de estos sistemas operativos que además de usar Linux Mint en mi netbook personal, estoy transfiriendo de todo mi estudio de grabación de Windows a Musix!

Tanto Ubuntu Studio como Musix permiten editar gráficas, grabar y editar videos así como producir, mezclar y masterizar audio a través de programas totalmente gratuitos y de tan buena calidad como aquellos por los que usualmente se pagan miles de quetzales. ¿Por qué son gratis? Porque simplemente hay gente que cree en el libre intercambio y manejo de información; por supuesto que no es tan simple, hay toda una teoría del regalo al respecto, para ello recomiendo leer un artículo que publiqué hace algunos años en la Revista Kab´raqän.

Hay varias ventajas pragmáticas más para usar Linux; por ejemplo, no existen virus para este sistema operativo, es mucho más estable que Windows (raramente se queda trabada la computadora), hay miles de programas gratuitos que se pueden descargar y… ¡lo pueden probar sin instalarlo en su computadora!

Desde hace pocos años se crearon los Live-CD y las Live-Pendrive. En otras palabras, se puede arrancar la computadora desde el puerto USB o desde el CD-ROM sin afectar el Windows y los archivos que tienen en el disco duro. Al apagarse la computadora, volverá a arrancar con su sistema operativo de siempre. Actualmente Ubuntu Studio no tiene esta opción*, pero Musix sí. ¡Los invito a probarlas!

*Nota: el sistema operativo Ubuntu (para laptops y desktop) sí tiene la opción de arranque Live.

martes, 24 de agosto de 2010

Trabajo en progreso

"The road to hell is paved with works-in-progress". Philip Roth

Esta frase la "retweeté" o compartí en Twitter ayer. Se me quedó grabada en la mente. Duffboy debe retomar ciertos proyectos. Aquí pueden encontrar otras citas de Roth, autor que desconozco lamentablemente (solo he visto la adaptación fílmica de The Human Stain).

viernes, 20 de agosto de 2010

Una pared chiclosa


Hace unas horas me topé con este artículo en El Chiltepe, blog especializado en diseño, sobre una pared en Seattle, donde más de una década de chicles pegados por peatones la han hecho un punto turístico bastante original. Ubicado en Post Alley, Pike Place Market, desde 1999 que se abandonaron los intentos por limpiar este muro. Curioso: esa bola que nos da asco encontrar debajo de un asiento o mesa, multiplicada por miles y a la vista pública. Pareciera una pesadilla de Willy Wonka convertida en realidad.  

viernes, 13 de agosto de 2010

Desintegración

Desde hace más de un mes acepté el reto de una artista, Janis Zroback, para unir esfuerzos creativos en un proyecto (que inició Seth Apter) llamado DisCo (Disintegration Collaboration): elegir ciertos materiales, exponerlos al tiempo y la intemperie, documentar el proceso y crear piezas nuevas a partir del papel, tela o bolsas de té (algunos de los insumos elegidos por los artistas). Desde hace más de 50 días monté mi conjunto de objetos (postales, una revista y una caja de medicamentos), y todavía no tengo idea del camino final que tomará mi obra. Por ahora comparto con ustedes algunas de las fotos que le he tomado:






P.D. Mi montaje incluye piezas de Álvaro Sánchez, el talentoso diseñador y artista guatemalteco, y del fotógrafo MartiniVision.

viernes, 6 de agosto de 2010

jueves, 5 de agosto de 2010

Lógica y programación = humanística

Popularmente se tiene la impresión de que el desarrollo de dos competencias, la lógica y el lenguaje científico específicamente, pertenecen al área matemática. Incluso nuestro “bien habido” Currilum Nacional Base cae en esta tentación.

Solo quiero recordar que la lógica es, ancestralmente, una de tantas disciplinas de la Filosofía y que el desarrollo del lenguaje científico, entre ellos la programación de computadoras, se desarrolló gracias a los avances de los lingüistas de la Tradición Británica como el primer Wittgenstein y Russel. Personalmente aprendí a programar en Pascal, Cobol y Foxbase cuando estaba en básicos; lamentablemente hoy no recuerdo la mayoría de comandos pero me resultó muy útil precisamente para organizar ideas al redactar.

Acabo de leer en El Periódico un artículo interesante sobre robótica y educación; lamentablemente el periodista y el entrevistado se limitan a ligar la robótica con la Matemática, sin darle la importancia que esta tecnología puede tener en áreas humanísticas como las mencionadas e incluso en la Literatura, donde han inspirado grandes obras como I robot de Asimov y otras obras de la bandada de futuristas que surgió a inicios del siglo pasado.

El artículo en cuestión lo pueden encontrar en este link y de paso me gustaría dejar el gusanito de las ventajas promocionales que este tipo de clubes robóticos podrían tener para una casa editorial…

miércoles, 4 de agosto de 2010

Un poema de Century Gothic Punto 10 o El libro de actas de los sonámbulos

Estoy leyendo Century Gothic Punto Diez, del escritor y artista Alejandro Marré. Anoche fui a la presentación de este poemario (donde, como en un momento de telenovela, me hubiera gustado lanzarle una copa de vino a alguien que sostenía el micrófono, solo para que reaccionara), y me fue grato compartir con un tipo sensible y talentoso como él. Ahora, transcribo:

"Que se permita matar
no es el problema.

La palabra permitir
siempre trae consigo
cierta manera delincuente.

Que tengamos que...
que debamos.

Solos ante los mandatos,
frágiles ante los dictados,
con nuestra cátedra de relevos
aprendida de memoria".

jueves, 29 de julio de 2010

El día que ella lloró

No sé que cruzó por mi mente cuando le dije a Kathy, mi esposa, que Year of the Dog (El año del perro) era una "feel-good movie", una de esas películas que nos dejan sintiéndonos bien después de verlas (Amelie es un ejemplo recurrente cuando hablamos de este tipo de cine). Pocas veces la he visto llorar tanto. La ópera prima como director del también guionista Mike White centra su historia en Peggy, una secretaria con un vínculo muy cercano a Pencil, su beagle cachorro. La muerte de él se convierte en un detonante para la transformación personal de Peggy, interpretada por Molly Shannon como una mujer dulce, con dificultades para encontrar amor del tipo romántico, pero con suficiente bondad en su corazón para abrazar la causa de los animales, incluso a expensas de su carrera y de sus relaciones familiares.

Mientras leo Eating Animals de Jonathan Safran Foer (y recuerdo las lágrimas de Kathy ante una representación del sufrimiento animal, la frustración ante las injusticias a las que se someten perros, animales de granja y demás terrícolas) reflexiono sobre las contradicciones diarias en las que nos vemos envueltos al tomar (o no tomar) en cuenta a otras especies animales, en asuntos a veces tan aparentemente sencillos como lo que comemos. Estas decisiones, como lo señala Safran Foer, tambien repercuten en el medio ambiente; esto podría, además, ser otro incentivo para reflexionar sobre lo que llega y cómo a nuestros platos:

"Our situation is an odd one. Virtually all of us agree that it matters how we treat animals and the environment, and yet few of us give much thought to our most important relationship to animals and the environment. Odder still, those who do choose to act in accordance with these uncontroversial values by refusing to eat animals (which everyone agrees can reduce both the number of abused animals and one's ecological footprint) are often considered marginal or even radical".