viernes, 25 de junio de 2010

¿Por qué mi aberración al mundial?

A veces me da un poco de pena escribir por estos medios, porque podría parecer poco tolerante (y es que la verdad, la tolerancia no es una de mis mejores virtudes); sin enbargo, quiero aclarar primero que mis puntos de vista nunca van con la intención de agredir a nadie en particular, sino de atacar las ideas.

Bueno, seguramente ya habrán notado mi apatía hacia todo lo que sea futbol y demás agregados. Y quizá nadie me lo está preguntando, pero igual yo lo escribo porque para eso se han creado estos medios (es decir, para expresar lo que uno piensa), pero me permito este medio para criticar esta actividad.

En lo personal, no tengo nada contra el futbol en sí. Incluso, lo jugué en una época de mi vida (época que ahora recuerdo con tanta vergüenza, aunque difícilmente me arrepiento de lo que hago), pero es porque tengo una concepción de esta actividad que va contra mis principios; y si algo considero que debe ser una virtud en una persona es la fidelidad que le guarda a sus principios.

Pues bien, al respecto, me parece una mayúscula tontería perder mi valiosísimo tiempo y gastar mis recursos en esta actividad comercial en la que los jugadores y equipos se convierten en artículos de consumo para, como decía José Ingenieros, "una masa alienada". De hecho, más que vergonzoso que Guatemala no vaya nunca a un mundial (y ni que lo sueñen los fanáticos, porque eso no creo que ocurra en mucho tiempo), es ver cómo la Fifa y demás organizaciones desplegan grandes cantidades de dinero en este deporte, mientras una gran mayoría de gente en el mundo se muere de hambre, y no porque ellas quieran, sino porque en sus países no se dan las condiciones necesarias para aspirar a la riqueza. Muy vergonzoso que un jugador (analfabeta o casi analfabeta, en la mayoría de los casos) gane exhorbitantes sumas de dinero mientras sus mismos vecinos pasan toda clase de penas. Pero más vergonzoso es todavía como la misma gente que Ortega y Gaset, atinadamente dio en llamar "masa" y que yo diría "rebaño", va a dejar su dinero a los estadios y contribuye con ese sistema de consumo para ignorantes.

Al respecto, yo creo que, como en toda actividad comercial, el vendedor se aprovecha de los afectos del público para venderle su producto. Y es que tengo mi propia teoría, muy particular si se quiere, acerca de la atracción que despierta el futbol en las personas, aunque no entienda por qué la gente le hace tanta alharaca (vale decir que no me parece que haya actividad más aburrida que ver un partido de futbol). Pienso que el gusto por el futbol está relacionado con el lazo afectivo y, por ende, con la fijación que podemos tener hacia una figura de autoridad relacionada con el padre. Si nos damos cuenta, a muchas personas les gusta este deporte porque a través de él fortalece su lazo afectivo con el padre o cualquier otra figura paterna. Y es que a mucha gente le gusta el futbol porque lo asocian con el deporte de papá, el deporte masculino, el deporte del patriarcado. Claro, si me preguntan qué pienso de esto, les diré que este no es más que un mecanismo para afianzar los esquemas de nuestras sociedades machistas y paternalistas.

Además, no estoy de acuerdo con el endiosamiento que se hacen de ciertas figuras. Ahora es Kaká, Cristiano Ronaldo, Messi y qué sé yo quién más. Esto solo confirma la necesidad que tenemos de crear dioses que guien nuestras vidas. Admiro a quien dijo que Beckham era más una estrella de Hollywood que un deportista. Díganme ustedes si no tenía razón.

No, me rebelo y me rebelaré siempre contra eso... Nunca he tenido ningún dios, y si algún día lo necesitara, preferiría que ese dios fuera yo mismo.

3 comentarios:

  1. Vamos por partes.

    Es una realidad que el futbol, y especialmente el Mundial, se ha convertido en un negocio. Pero este es un problema no sólo del futbol, sino del arte, la educación, la ciencia, etc. El sistema capitalista corrompe todo aquello en lo que ve una posiblidad de ganar dinero. En esto la publicidad promueve necesidades superfluas.

    Ahora bien, en cuanto a los futbolistas analfabetos, estoy en desacuerdo. Es decir, a veces, es la única posibilidad que los pobres tienen de sacar un pizca del pastel de la riqueza, que tantas veces les es negada. Como sucede con el boxeo. Y unos poquísimos triunfan. Pero el problema no es de los analfabetos futbolistas o boxeadores, sino del sistema que no les deja otra alternativa.

    El sistema capitalista es tan desigual y tan incapaz de generar la felicidad tan promulgada que gran parte de la humanidad apenas sobrevive. He aquí unos datos para que los revisen.

    Población mundial: 6.800 millones, de los cuales
    • 1.020 millones (15%) son desnutridos crónicos (FAO, 2009)
    • 2.000 millones (29%) no tienen acceso a medicamentos (www.fic.nih.gov)
    • 884 millones (13%) no tienen acceso a agua potable (OMS/UNICEF 2008)
    • 924 millones (13.6%) viven “sin techo” o en viviendas precarias (UN Habitat 2003)
    • 1.600 millones (23.5%) no tienen electricidad (UN Habitat, “Urban Energy”)
    • 2.500 millones (36.7%) no tienen sistemas de dreanajes o cloacas (OMS/UNICEF 2008)
    • 774 millones (11.4%) de adultos son analfabetos (www.uis.unesco.org)
    • 18 millones de muertes por año debido a la pobreza, la mayoría de niños menores de 5 años. (OMS)
    • 218 millones de niños (3.2%), entre 5 y 17 años, trabajan a menudo en condiciones de esclavitud y en tareas peligrosas o humillantes como soldados, prostitutas, sirvientes, en la agricultura, la construcción o en la industria textil (OIT: La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance, 2006)

    Para mayor escándalo, lean este dato:
    • Entre 1988 y 2002, el 25% más pobre de la población mundial redujo su participación en el ingreso mundial desde el 1,16% al 0,92%, mientras que el opulento 10% más rico acrecentó sus fortunas pasando de disponer del 64,7 al 71,1% de la riqueza mundial . El enriquecimiento de unos pocos tiene como su reverso el empobrecimiento de muchos.
    Solamente con ese 6,4 % de aumento de la riqueza de los más ricos sería suficiente para duplicar los ingresos del 70% de la población mundial, salvando innumerables vidas y reduciendo las penurias y sufrimientos de los más pobres. Entiéndase bien: tal cosa se lograría si tan sólo se pudiera redistribuir el enriquecimiento adicional producido entre 1988 y 2002 del 10% más rico de la población mundial, dejando intactas sus exorbitantes fortunas. Pero ni siquiera algo tan elemental como esto es aceptable para las clases dominantes del capitalismo mundial.

    Por tanto, el futbol no es el problema. Y no es que dejando de disfrutar del futbol se acabe la pobreza o la estupidez humana. La cosa es más profunda y más radical.

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  2. Estos datos son abrumadores... dato curioso, hablando de la relación entre educación y el protagonismo futbolístico; no creo que sea coincidencia que en un país tan pobre como Brasil se logre descubrir a luminarias de este deporte; resulta una oportunidad para salir de la pobreza, como ya mencionó LG.

    Claro está, es más lucrativo para muchos sectores, un cazatalentos que un maestro (Ver la película mexicana Rudo y Cursi).

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  3. Saabdullah: tus puntos son válidos y asi piensan muchos, pero como decis al principio: "la tolerancia no es tu virtud".

    A mi me gusta el ajedrez, y a diferencia del fútbol, las partidas por el campeonato mundial entre Topalov y Anand dejaron una gran cátedra sobre el tablero.

    me despido con una sola pregunta: ¿cuál es tu deporte favorito? digo, practicarás alguno...

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