jueves, 29 de julio de 2010

El día que ella lloró

No sé que cruzó por mi mente cuando le dije a Kathy, mi esposa, que Year of the Dog (El año del perro) era una "feel-good movie", una de esas películas que nos dejan sintiéndonos bien después de verlas (Amelie es un ejemplo recurrente cuando hablamos de este tipo de cine). Pocas veces la he visto llorar tanto. La ópera prima como director del también guionista Mike White centra su historia en Peggy, una secretaria con un vínculo muy cercano a Pencil, su beagle cachorro. La muerte de él se convierte en un detonante para la transformación personal de Peggy, interpretada por Molly Shannon como una mujer dulce, con dificultades para encontrar amor del tipo romántico, pero con suficiente bondad en su corazón para abrazar la causa de los animales, incluso a expensas de su carrera y de sus relaciones familiares.

Mientras leo Eating Animals de Jonathan Safran Foer (y recuerdo las lágrimas de Kathy ante una representación del sufrimiento animal, la frustración ante las injusticias a las que se someten perros, animales de granja y demás terrícolas) reflexiono sobre las contradicciones diarias en las que nos vemos envueltos al tomar (o no tomar) en cuenta a otras especies animales, en asuntos a veces tan aparentemente sencillos como lo que comemos. Estas decisiones, como lo señala Safran Foer, tambien repercuten en el medio ambiente; esto podría, además, ser otro incentivo para reflexionar sobre lo que llega y cómo a nuestros platos:

"Our situation is an odd one. Virtually all of us agree that it matters how we treat animals and the environment, and yet few of us give much thought to our most important relationship to animals and the environment. Odder still, those who do choose to act in accordance with these uncontroversial values by refusing to eat animals (which everyone agrees can reduce both the number of abused animals and one's ecological footprint) are often considered marginal or even radical".

2 comentarios:

  1. Ayer lei un reportaje donde la ONU sugiere comenzar a comer bichos, precisamente porque el comer carne esta causando serios efectos en nuestro ambiente. Dejo el link por si lo quieren leer http://tinyurl.com/36wr7p6

    Y si, esta película, cuando uno sabe de la realidad que existe y cuando uno piensa y ve las cosas más allá de su nariz y su bienestar, es extremadamente triste.

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  2. Gracias por el link para el artículo: espero que ahora no se le ocurra al ser humano diseñar genéticamente los insectos más apetitosos posibles, aunque a estas alturas pocas cosas me sorprenden. Hermosa película, algún día la verán nuestros hijos :)

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