jueves, 1 de julio de 2010

Mi respuesta ante los comentarios sobre el Mundial

Insisto en que no es el futbol lo que cuestiono, aunque a mí me parezca aburrido, sino al negocio de la Fifa. Pero también cuestiono la industria del espectáculo, la industria discográfica e incluso la misma industria del libro. Sin embargo, no me detengo a dar mis puntos de vista particulares al respecto, porque no es ese el punto que estamos tratando.

Pues bien, soy de la idea que todos gozamos de libre albedrío para elegir la actividad que querramos hacer. Yo solo doy mi punto de vista muy personal en el que quiero insistir: no gasto ni mi dinero ni mi tiempo en una actividad tan absurda como el futbol de la Fifa, porque no voy a contribuir a enriquecer una industria que solo se ocupa de explotar sin escrúpulos el paradigma machista de nuestras sociedades patriarcales, y de la cual no voy a sacar nada. Cada quien que gaste sus recursos como mejor le parezca. Para mí, el futbol siempre será el equivalente del circo romano.

Y es que eso es precisamente una de mis más agudas críticas: cómo el futbol refuerza los patrones sociales machistas. Imagínense cuántos padres y madres no hay que desean que sus hijos sean grandes futbolistas. Eso salta a la vista.

¿O díganme ustedes si el futbol no se ha convertido en símbolo que refuerza el sistema patriarcal? Sí, yo sé que más de alguien me dirá que ahora hasta las mujeres juegan futbol, a lo que yo responderé con una sonrisa ante tanta candidez. Por supuesto que hasta las mujeres juegan futbol, pero ¿acaso la "gran fiesta del futbol" es un asunto de faldas? ¿acaso en el mundial que es tan esperado cada cuatro años vemos mujeres competir? No, eso sigue siendo una fiesta de puros testículos. El hecho de que hayan mujeres futbolistas solo demuestra cómo esta industria se ha logrado diversificar.

Del futbol brasileño qué les he de decir. Claro, seguro ha sido una oportunidad para salir de la pobreza para muchas personas, pero es que a mí ese cuento que nos ha pintado la Fifa a partir de Pelé es una historia que peca de exceso romanticismo, que lleva a niveles melodramáticos: el miserable futbolista arrabalero que por una casualidad del destino es descubierto en lo más profundo de su favela y es llevado a la cima del éxito (habrase visto semejante melodrama). Esto me suena a la María que llega por primera vez a la ciudad, trabaja como doméstica en la casa de ricachones, se enamora del señorito hasta que se termina casando con él, y para colmo, la fulana María resulta siendo hija de un apoderado que le hereda semejante fortuna, gracias a la cual la "pobrecita" desafortunada puede compensar su sentimiento de inferioridad social... ¡Háganme el favor! ¿A qué les suena eso? A pura telenovela de la tarde: María de los arrabales.

Ahora bien, para quien me pregunta si practico algún deporte, le he de contestar que lamentablemente ahora no tengo tiempo para hacerlo, pero ese no es el punto. El punto que quiero resaltar es, desde mi punto de vista, la alienación que la industria futbolera ha originado en nuestras sociedades. Cada quien que practique lo que quiera y con quien quiera. Yo he hecho deportes diversos en distintas etapas de mi vida, pero no por eso voy a convertir en un afanado seguidor de un equipo ni me voy a inventar superhéroes donde no hay más que seres humanos comunes y corrientes.

2 comentarios:

  1. Ya que el problema es el fútbol de la Fifa:

    ¡Qué vivan las Estrellas de la Línea y el Deportivo Mictlán de Jutiapa!


    ...jajajaja, son bromas.

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  2. Estoy de acuerdo en que el Mundial de futbol es un montaje publicitario de la FIFA. Insisto, igual que tantos premios literarios o festivales de cine, entre otros actos culturales. Sin embargo, entiendo el punto de Leo. Aunque al final, me pase lo de Paulo Freire, que reconocía esto pero no se perdía un partido de Brasil.

    Por otra parte, y esto no lo comenté en la otra entrada, el análisis de Leo respecto al aspecto tan machista del futbol me parece muy acertado. Cuántas veces no pasa que para tener tema de conversación con el papá, hablamos de futbol. Asunto eminentemente patriarcal y aumentado por esta sociedad machista. Ahí le hallo toda la razón a Leo y nunca lo había analizado así.

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